"Cuando llegué, el club me había prometido tres fichajes para construir un equipo aún mejor, pero no llegó nadie. Soy un profesional serio y merezco respeto hacia mi trabajo", había dicho Benítez el sábado en rueda de prensa, dándole una suerte de ultimátum a los dirigentes.
"Ahora hay tres posibles caminos: o el club hace un proyecto y compra cuatro jugadores ya este enero, o seguimos así con el entrenador como único culpable o, incluso, el presidente habla con mi representante y encontramos una solución. El culpable no puede ser sólo el entrenador", añadía el español.
Ante estos dichos del DT, Moratti se habría irritado debido a la arrogancia inesperada de su tono y a lo inapropiado del momento y el contexto en el que expresó esas palabras, hasta el punto de sentirse obligado a rescindirle el contrato. Además, el diario asegura que el presidente bajó al vestuario y entendió por las caras y las palabras de sus jugadores que el buen ambiente con Benítez tampoco existe con la mayoría de futbolistas.
Mientras tanto, se rumorea que la directiva del Inter ha mantenido contacto con el italiano Luciano Spalletti, ex DT de Roma y actual técnico del Zenit de San Petersburgo. La mayor traba sería que todavía tiene contrato con el club ruso.
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